Por desgracia, Pablo VI tenía razón sobre lo que sucedería si se extendía la mentalidad antinatalista

Bola de cristalHace poco, traduje un artículo norteamericano, como parte de un post que titulé Por desgracia, la Iglesia tenía razón. En él, se mostraba cómo las advertencias de Pablo VI sobre lo que sucedería si se extendía la mentalidad antinatalista se habían cumplido punto por punto: la reducción general de los estándares morales, el aumento de la infidelidad y la ilegitimidad, la reducción de las mujeres a objetos utilizados para satisfacer a los hombres y la coerción por parte de los gobiernos en asuntos reproductivos. Por desgracia, es evidente que todo se ha hecho realidad.

Hoy quiero comentar una noticia que, por desgracia, supone otra predicción cumplida. Es algo que anuncié hace tiempo en un artículo titulado Neonaticidio a la vista (junto con muchos otros autores, pensadores o simples fieles católicos) y que hoy vemos cómo se hace realidad.

Se trataba de una simple deducción que partía de la observación del proceso de introducción en nuestra sociedad de cosas como el aborto, el “matrimonio” homosexual, el divorcio express o la eutanasia. Todas esas cosas empezaron como medidas “de emergencia” para casos excepcionales y dramáticos: mujeres embarazadas violadas y en peligro de muerte, homosexuales matados a palos por el simple hecho de serlo, esposas que sufrían malos tratos o personas con terribles sufrimientos que ya no podían soportar. Partiendo de esos casos excepcionales, se forzaba la implantación de una solución falsa, ya fuera la despenalización del aborto en algunos supuestos, la eutanasia en situaciones extremas, el divorcio cada vez más fácil o la defensa de una supuesta igualdad entre las parejas heterosexuales y las homosexuales.
Lo que no se dice nunca en esos casos es que esas soluciones son sólo un primer pasoy llevan en sí la semilla de medidas mucho más brutales, que sólo podrán tomarse en un segundo momento, cuando la gente ya esté anestesiada por años de considerar como normal lo que no es ni puede serlo. Poco a poco, se van creando las condiciones para considerar el aborto un derecho o una simple opción más, para el matrimonio homosexual con adopción incluida, para las empresas dedicadas a eutanasiar gente como en Suiza o para el divorcio al mes de haberse casado. Todas esas cosas habrían escandalizado hasta la médula a la gran mayoría de la población si se hubieran advertido cuando empezaron a introducirse el divorcio, el aborto, las parejas homosexuales de hecho o las primeras prácticas de “muerte digna". Por eso se nos aseguró una y otra vez que nunca ocurrirían cosas así, que sólo se estaban solucionando casos terribles y dramáticos. Era mentira.
También lo dije en otro post titulado ¿Se creen que somos tontos?. Nos dijeron que el aborto sólo se iba a permitir en casos extremos y lacrimógenos… y hoy es un derecho y el Estado paga millones y millones de euros para que se aborte por doquier. Nos dijeron que los preservativos evitarían los embarazos no deseados… y hoy hay cien mil abortos al año sólo en España. Dijeron que permitir el divorcio ayudaría a los niños, que no tendrían que soportar discusiones familiares… y hoy tres cuartas partes de los matrimonios acaban en divorcio y nuestros colegios están llenos de niños destrozados afectivamente. Nos dijeron que el matrimonio homosexual no afectaba a nadie más que a los que se casaban… y no sé cuántos casos van ya de jueces que han tenido que dimitir, hosteleros que han tenido que pagar multas o cerrar sus negocios y profesores que han sido obligados a dejar sus cargos por defender otras ideas. Nos dijeron que la educación sexual sería siempre voluntaria… y en Alemania hay una docena de padres en la cárcel por no querer que sus hijos reciban una educación sexual que enaltece los tocamientos entre niños de tres años, la masturbación y cualquier perversión que pueda imaginarse. Nos dijeron que la adopción homosexual era sólo para ayudar a esos pobres niños huérfanos… y en Inglaterra han obligado a cerrar a todas las agencias católicas de adopción porque no entregaban niños a parejas homosexuales. Siempre el mismo proceso, las mismas mentiras y el mismo resultado.
Lo peor es que no hay ninguna razón para pensar que este proceso se vaya a detener en la situación actual. Hoy hemos leído otra noticia que muestra que el proceso continúa adelante: Dos expertos en “bioética” han publicado en la revista “Journal of Medical Ethics” (Revista de Ética Médica) un artículo en que afirman que debería ser legal que los padres maten a los niños recién nacidos, por las mismas razones por las que se permite el aborto. ¡Terrorífico!
Lo terrorífico no es que dos mastuerzos escriban esa barbaridad, porque el número de los necios es infinito. Lo verdaderamente terrorífico es que se les permita publicar algo así en una revista de ética sin ninguna consecuencia, que se les siga llamando para dar conferencias en universidades y que no sean encarcelados, junto con el editor de la revista, por incitar al asesinato de inocentes. Cuando no se toman estas medidas es porque nuestra sociedad va hacia el abismo. Lo terrorífico se considera, si no normal, al menos aceptable como posibilidad. Y es así desde hace tiempo: desde que se introdujeron esas aparentemente pequeñas e inocuas novedades como el aborto en casos excepcionales, la igualdad homosexualidad-heterosexualidad o la idea de que cada uno hace con su vida lo que quiere. El virus se introdujo y nos está destruyendo.
Es triste, pero creo que conviene decirlo con claridad: nuestra sociedad está herida de muerte y sólo espera a alguien que la eutanasie.


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Por desgracia, tenía razón

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